lunes, 30 de marzo de 2009

amazonas

las amazonas, temibles mujeres, habían peleado contra Hércules, cuando era Heracles, y contra Aquiles en la guerra de Troya. Odiaban a los hombres y se cortaban el seno derecho para que sus flechazos fueran más certeros.

El gran río que atraviesa el cuerpo de América de lado a lado, se llama Amazonas por obra y gracia del conquistador español Francisco de Orellana.

Él fue el primer europeo que lo navegó, desde los adentros de la tierra hasta las afueras de la mar. Volvió a España con un ojo menos, y contó que sus bergantines habían sido acribillados a flechazos por mujeres guerreras, que peleaban desnudas, rugían como fieras y cuando sentían hambre de amores secuestraban hombres, los besaban en la noche y los estrangulaban al amanecer.

Y por dar prestigio griego a su relato, Orellana dijo que ellas eran aquellas amazonas adoradoras de la diosa Diana, y con su nombre bautizó al río donde tenían su reino.

Los siglos han pasado. De las amazonas, nunca más se supo. Pero el río se sigue llamando así, y aunque cada día lo envenenan los pesticidas, los abonos químicos, el mercurio de las minas y el petróleo de los barcos, sus aguas siguen siendo las más ricas del mundo en peces, aves y cuentos.

Eduardo Galeano

martes, 17 de marzo de 2009

agudizando




paraphernalia en la "Nouvelle vague", aprovechándonos de las bondades del montaje fotográfico, gracias al cual Godard hubiese mostrado agradecimiento por el añadido estético, y  por tratarse éste último de tipo agudo como señala el subtítulo de este blog, se justifica complementar nuestros conocimientos con la descripción de estos fotogramas del film del cineasta franco-suizo. En el verano de 1959 comenzaría el rodaje de su primer largometraje, À bout de souffle sobre un guión de Truffaut y con la colaboración de Claude Chabrol. La película, protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg supuso una revolución en la manera de filmar al utilizar técnicas hasta entonces poco ortodoxas, como rodar cámara en mano, utilizar el documental o saltar de un plano a otro. Cuando nace la nouvelle vague, el cine americano clásico ya estaba en decadencia, la visión del mundo que transmitía no se correspondía con la realidad y los filmes se resentian de ese hecho. 
Todo había cambiado trás la II Guerra Mundial y de alguna forma eso debía reflejarse en las obras cinematográficas. 
El neorrealismo italiano primero, la nouvelle vague francesa después introducen nuevos modos de narrar. Godard como uno de los máximos representantes del movimiento francés contribuye a la creación de un cine que plantea nuevas ideas de concepción y realización, y también un nuevo modo de producción.